C I T A

Esta noche, cuando nubes ácidas liberen la luna saldré a verte y bajo sonrisas de palmeras, observaremos los ojos del cielo. Tomados de la mano caminaremos hacia el mar, la arena dibujará nuestras huellas, ligeras por el canto de sirenas. Buscaremos guijarros blancos y esbozaremos un corazón con tu nombre y el mío, ¡le daremos un corazón a las piedras¡, luego, hemos de arrojarlos y cortando las aguas, (como cuando niños hacíamos “patitos” en el río, han de llegar a las profundidades del océano. En aquel abismo azul quedará sellado nuestro pacto.

Arrodillados ante la palmera, dejaremos caer los velos del artificio, algas marinas estremecerán nuestras venas. La noche ha de erigir arcos de colores, estrellas enviarán luciérnagas a nuestro lecho. Tu cuerpo danzará al compás de mis alas. Ballenas y delfines han de ser heraldos de este rito por los confines del universo.

CADA VEZ QUE PUEDAS
ACUDE HACIA EL FONDO DEL MAR

    MANTO
    
    
    He tejido con tus versos
    
    una sábana inmensa
    
    para cubrir mi herida
    
    soledad
    
    
    
    
    Sobre lecho de cartones
    
    muere la noche
    
    sangra una rosa
    
    en mis manos
    
    
    
    
    Tus palabra es aceite
    
    que mitiga la agonía
    
    de mi piel confusa
    
    esperando
      

KÓDIGO

CIBERNÉTICA

Si tu alma calla, no podré hacer nada ELAINE

  
    CARTAS DE UNA POETA
    DE LA TIERRA DE FUEGO
    A TRAVÉS DE INTERNET
    
    
    Enciendo el sistema
    
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I


“AMADO?

Mi cabello está húmedo, 

la tendencia a la primavera

por estos días vio sus capullos en el barro

Esta lluvia limpia el aire,

ensucia mis esperanzas de luz.

Abre mi mente al circo vital

circuito de oportunidades clandestinas

Hálito: ven, toca, abre los brazos,

danza al viento sin caer del trapecio.

¿Cómo no dar tu pertenencia?

Viví la muerte de Sábanas ciegas

pidiendo tu luz, la que no merezco;

esa que aplasté con la planta de mis pies

y quema mis zapatos.

Si, cuerdas silenciosas secaron mis pechos.”

EALAINE

<Pausa>
    

II

Besar esta caja fría me hace pensar que estoy loca, lloro besándola y deseándote. Si no me estuvieran viendo desataría cada botón de esta blusa, desataría mi falda, sacaría mis zapatos, me sentaría sobre este escritorio y pondría la pantalla entre mis piernas...a ver si sales. Cierro la boca fuerte casi comiendo mi labio inferior, que sangra...

Déjame bajar tus pantalones ahora en ese rincón donde nadie nos ve, para pasar mis palmas abiertas en forma simultánea por tu pecho, dentro de tu camisa, y también tocar tu espalda, luego, me levantaré, subiré mi falda, bajaré mis medias y mi calzoncito azul piedra (ese es el de hoy) y te acercarás lentamente...

Después de eso                              no hay más.

                                                     No te vayas.

                       no

no           te                vayas

                       no

                       ¡Nooooooooooooooooooooooo¡

 

                                                                    EALAINE

                                                                    <Pausa>

III

“Sumergido en las burbujas de la inexperiencia, sumergido en los vapores del deseo y la dependencia. Bajo esas aguas tibias, eróticas y forzadas, hubo manos y pies desnudos. Esclavos del licor y las toxinas, de las promesas rotas, infidelidad, dinero y ropaje comprometidos. Los pies se hicieron manos y las manos quemaron el cuerpo. El cuerpo sacudió su cabeza repetidas veces hasta botar la última gota y ahuyentar el fantasma. El cuerpo fue sumergido, abrazado, emborrachado y comprado. El cuerpo besó sin amor, se abrió sin amor, recordando la puerta 6, deseando la puerta 6, queriendo la puerta 6. Esa puerta 6 que no es cualquiera y que está solo en un lugar, en un país... El cuerpo fingió, bailó sin música, sin ritmo, sin calor y con dolor, queriendo olvidar su fantasma, mordía sus labios para no llamarlo, buscando una turbia dependencia, pero no lo lograba, se agitaba cada vez más rápido, bebía licor revuelto en lágrimas, la sangre derramada, sin duda, provenía directamente de su torpe corazón. ya nada fue lo mismo. -¿Hasta cuándo?-, preguntó el cuerpo -Hasta siempre- se escucho desde el Norte.”


     EALAINE

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